La Alegría de Copérnico

Una relación de pareja plantea un escenario tan diverso como peculiar. Es la comunión de dos universos completamente diferentes, que en un momento deciden unir sus individualidades y recorrer juntos la experiencia de la vida. El amor es el motor de ese vínculo que pareciera tener el poder suficiente para sortear cualquier dificultad que se presente.  Pero, ¿qué sucede cuándo ese enorme  bastión, construido con tanto esfuerzo, comienza a tambalear y se vuelve un enorme basural del que es imposible salir?

“La Alegría de Copérnico” nos lleva al encuentro de lo profundo de la relación entre Alegría (Coral Gabaglio)  y Copérnico (Federico Ibarra, también autor del texto), dos personajes que nos irán mostrando pinceladas de ese particular mundo que crearon juntos. Hay que entrar - y se logra a los pocos minutos de comenzada la obra- en el juego que nos proponen los actores. Decenas de bolsas de basura conforman toda su escenografía. Bolsas que son recuerdos, emociones, ladrillos de este mundo que iremos despedazando, en un principio lenta pero luego violentamente.

Tanto Alegría como Copérnico  se reconocen inmersos en esta relación, pero es ella quien  sugiere un  cambio, se incomoda con esa realidad. Añora nuevas sensaciones, expresa asfixia, hastío, bronca. Entonces busca una salida, comienza a alejarse. Y es allí cuando su compañero intentará atraerla, recordando las cosas que los unían, inventando nuevos lazos para volver a enredarla en ese juego que sólo tiene sentido si están juntos.

Hay algo en la atmósfera  de “La alegría…” que remonta al teatro del absurdo Beckett; la búsqueda, la espera constante de “algo” que está por venir, la  metáfora oculta detrás de cada diálogo.
Coral Gabaglio y Federico Ibarra conforman una dupla sólida, se los nota conectados y concentrados en los tiempos del otro. Cada uno tiene sus momentos de brillo y  se trasluce el disfrute de ambos en cada instante de la obra.

Una interesante y original propuesta teatral para empezar el fin de semana.

Ficha técnica

Supervisión artística: Norman Briski

Dramaturgia: Federico Ibarra

Diseño de luces: Javier Rincón

Asistentes de escena: Rita Miranda, Jimena López.

Operador de luces y sonido: Daniel Aimi

Producción ejecutiva: Pilar Ortiz

Diseño Gráfico: Guadalupe Lobo

Fotografía: Paula Maniglia

Link de la obra en internet: http://www.facebook.com/laalegriadecopernico

TEATRO EL POPULARChile 2080 – CABA – Tel. 011-2051-8438
Funciones: Viernes 21 horas
Localidades $ 60

El sórdido mundo de Taba-Taba

La sala se llena de humo. Suena Edith Piaf, las luces se apagan y prenden intermitentemente mostrando a los personajes principales en diferentes movimientos. Así comienza Taba Taba, la obra de Bernard Marie Koltés que Rafael Garzaniti estrenó hace unas semanas en el teatro El Espión (Sarandí 766)

Montar esta pieza no es tarea sencilla. La creación del dramaturgo francés, profundiza en la relación de dos hermanos sumidos en un mundo muy particular, unidos por la soledad, el tedio, la dependencia del otro para realizarse, la tristeza y la incapacidad de despegar de una realidad que ellos mismos han creado.

La hermana mayor ( Maimouna, interpretada por Helena Nesis) ha tenido a su cargo la educación del Pequeño Abou ( Silvio Parapugna). En un ámbito hostil, en las afueras de Paris, ella hizo lo que creyó necesario para que su hermano se convierta en un hombre que pueda insertarse en la sociedad de Taba Taba.

Sin embargo, Abou no quiere hacer las cosas que hacen los chicos de su edad, prefiere quedarse encerrado con ella, su moto y con sus perros. Esto perturba a Maimouna, muy preocupada por el qué dirán, por los vecinos, por el afuera. Quizás él es un espejo en el que ella no quiere verse, quizás ese oscuro mundo que le enseñó es el único que ambos pueden vivenciar y la costumbre los hace unirse cada vez más. Vergüenza, incesto, vicios, soledad, impotencia, son algunas de las palabras que definen esta intrincada trama familiar

La puesta de Garzaniti resuelve muy bien el espacio. Uno puede imaginarse y meterse en ese sórdido ambiente.  La moto ocupa un lugar central y podría configurarse como un personaje más que interviene, interactúa, participa de las situaciones, crea conflictos y les otorga placer en otros tramos. Los efectos especiales (luces, humo) le agregan intensidad a las experiencias, le imprimen color a un texto complejo de transitar. Las actuaciones se van afianzando a medida que transcurre la obra, y están bien medidos los diferentes momentos de la relación.

Una excelente oportunidad para acercarse a la dramaturgia del siempre vigente  Bernard Marie Koltés

Ficha técnica:

Autor: Bernard Marie Koltés

Elenco: Helena Nesis y Silvio Parapugna

Música original y operación de sonido: Matías Villarruel

Vestuario e ideas escenográficas: Mariana Arzola

Operador de sonido: Matías Asenjo

Producción Ejecutiva: Santiago Garrido

Dirección y puesta en escena: Rafael Garzaniti

Viernes 21 y 30

Sala Teatro El espión (Sarandi 766)

Reservas: 49 43 65 16

HIPERCONECTADOS

Teléfono. Notebook. Netbook.

Impresora. Ipod. Ipad. Iphone

Vivimos hiperconectados

Mail, chat, redes sociales.

Lo cotidiano se traduce a través de ellos.

No puedo salir sin mi conexión al mundo.

Lo virtual pasa a primer plano.

Lo real es otra cosa.

Dónde se imprimen los impulsos del corazón?

Con qué cámara se saca una foto del alma?

Cuántos megas pesan los instantes de felicidad?

Qué sistema operativo puede activar la emoción?

Existe alguna red social que te relacione con la soledad?

En el paraíso de la nostalgia, aún queda lugar para un encuentro, en el que no medien más que el deseo, la geografía y la cordialidad.